El diablo de Acumuer



Fuente: Heraldo de Aragón, 25 de mayo de 2.003

Lugar: Acumuer


El Diablo ha existido siempre para nuestras gentes, representado bajo las más diversas formas y disfraces. Aunque, por lo general, daba la impresión de ser un hombre normal y de correctas maneras. Así engañaba mejor a sus víctimas.

Las leyendas del diablo abundan en el siglo XIX y principios del XX, sobre todo en la provincia de Huesca, en la zona montañosa próxima al Pirineo. Enrique Satué Oliván ha escrito sobre varios diablos, localizados en Biescas, Aínsa, Yebra de Basa, San Felices o Escartin.

En Acumuer, sin ir más lejos, había un diablo que tenía como mediador al amo de Casa Dámaso. La aldea se encuentra actualmente deshabitada; pero en ella perdura todavía el recuerdo diabólico. Se cuenta al respecto que, en 1898, uno de Asún que tenía su casa en el prado rodeado de bosque acudió a pedirle dinero al demonio, "que siempre llegaba en un caballo negro". A cambio, el montañés vendió su alma al diablo y se prestó a ser su intermediario en el resto del valle para que otros imitaran su ejemplo. La venta del alma adquiría validez después de firmar con sangre en un libro que él llevaba siempre consigo.

La cuestión es que Lucifer llegó a tener abundante clientela por aquellas aldeas, hasta el punto de que se popularizó esta sentencia: "Serrablo, tierra del diablo".