Lucifer en las Hurdes



Fuente: Álvaro Durán Gracia


Aceitunilla, pueblo de las hurdes altas, está surcado por mil y una historias de extraña fenomenología.

Este pueblo, situado en empinadas cuestas ha sido el centro de extraños sucesos relacionados con una figura al que muchos lugareños han afirmado que es el mismísimo Lucifer.

Una noche de 1960 José Azabal Iglesias se encaminaba, junto a otros hurdanos, a faenar al campo del vecino pueblo del Cerezal. Al aproximarse al cementerio que se halla a las afueras de su pueblo, y en una pronunciada bajada,descubrió "una persona bastante alta que se encontraba allí parada bajo un árbol", el testigo aseguró que la figura no tenía cara, nariz, ni ojos y poseía unos brazos estrechos como los de un niño. Era como una sombra de gran tamaño y cuerpo muy fino. Parecía llevar unas botas blancas, algo semejante a pezuñas.

La figura al ver a José empezó a aproximarse al camino. El hombre con un susto de muerte salió corriendo despavorido llegando extenuado al cercano pueblo.

Al día siguiente realizó el mismo camino acompañado de un perro de caza y una escopeta pero no halló rastro de la misteriosa presencia.

José aseguró que aquello era "el mismo Lucifer".

Unos años después y exactamente en el mismo lugar en que se apareciera a José, dos hermanos agricultores del pueblo de Cerezal, Justo y Florentino Crespo, vieron al mismo ser ataviado con lo parecían ser unos brillantes zapatos. La esquelética figura empezó a girarse en dirección al camino y al igual que ya lo hiciera José los dos hermanos echaron a correr no parando hasta estar a las mismas puertas del pueblo de Cerezal.