Fuente: Va de Historia:
En esta ocasión nos desplazaremos hasta la localidad de Martorell, en la provincia de Barcelona (muy cerca de la capital, a unos 30 kilómetros al oeste de la misma), en la comarca del Baix Llobregat. Su privilegiada posición en la confluencia de los ríos Llobregat y Anoia le otorgó importancia desde época romana, época en la que fue construido el Puente del Diablo. De su etapa medieval son las torres de las Horas (siglo XIII) y Crossos. También cabe destacar la casa Gausa (siglo XIV) y el convento de Capuchinos (siglo XVII). Desde esta página recomendamos a todos los amantes de la cerámica a que se acerquen hasta esta localidad catalana y que visiten los museos relacionados con este ancestral arte, museos únicos en el mundo.
El Puente del Diablo de Martorell no es el único en el mundo que lleva este nombre, pero si que es el más importante. Básicamente la leyenda principal habla de que el diablo lo construyó en una sola noche, pero hay varias variaciones importantes sobre una misma narración.
Cuentan los que saben de esto que hace muchos siglos existía una posada a una de las orillas del Llobregat, posada que carecía de pozo y cisterna, por lo que sus habitantes debían de desplazarse de una manera continua a la otra orilla del río, donde si podían encontrar una cristalina agua procedente de una fuente. Cierto día una doncella, que era la que se encargaba de la faena del transporte del agua de una orilla a otra, exclamó malhumorada que más le valdría entregarse al diablo que tener que cruzar el río a pie -saltando a través de unas rocas- para acercarse hasta la fuente. Como suele ocurrir en estos casos, no había acabado de decir la frase cuando se le apareció un caballero asegurándola: "Construiré el puente para tí en una sola noche para que no tengas que padecer cruzando constantemente el río si me entregas tu alma como has dicho".
La mujer aceptó la propuesta del extraño y el caballero -que como habrá adivinado el avispado lector, no era otro más que el demonio tentador en persona- se puso a trabajar inmediatamente en el proyecto. Ella contemplaba el avance de los trabajos desde la ventana de la posada, paso a paso, piedra a piedra, el maligno desarrollaba la obra de forma increible. Pero, conforme la obra avanzaba, la mujer comenzó a sentir pánico al recordar el carácter de su pacto. Cuando solo faltaba una piedra para que la obra pudiera darse por concluida fue a buscar a la ama de la casa para explicarla lo que estaba pasando.
La patrona, mujer decidida y de recursos, no lo dudó ni un momento, cogió un cubo de agua y volcó su contenido por encima del gallo de la casa. Éste, sorprendido en su sueño por tan inesperado 'regalo', se puso a cantar, con lo que despertó a los gallos de las granjas vecinas, los cuales comenzaron también a cantar.
Tal estrépito llegó a los oidos del diablo en el momento que estaba dispuesto a fijar la última piedra del puente, por lo que supuso que no había sido capaz de cumplir su parte del pacto, la de construir el puente en una sola noche. Furioso dejó caer en el suelo el ultimo pedrusco antes de marcharse definitivamente al infierno.
Otra versión de esta misma leyenda, mucho menos trabajada, dice que el gallo cantó de una manera espontánea, sin que nadie le obligara a hacerlo.
Existe otra versión que no podemos dejar de mencionar en esta página, según la cual, los habitantes de la localidad de Martorell se encontraban prácticamente incomunicados ya que el caudal del río había subido inesperadamente y el tratar de cruzar a la otra orilla constituía un gran riesgo para la vida de cualquiera que lo intentara. Entonces se presentó el diablo asegurándoles que construiría un puente a condición de que se llevaría con él al primero que lo cruzara. Una anciana del pueblo, con tantos años como astucia, animó a sus conciudadanos a que aceptaran las condiciones que el demonio les pedía y que no tuvieran ningún temor.
De tal forma, el diablo se puso a trabajar seriamente en el proyecto de su puente infernal. Cuando la obra estuvo terminada la anciana se acercó hasta el puente de manera que parecía que tenía la intención de cruzarlo. ¿Sería ella la encargada de sacrificarse para el bien de la comunidad?
Cuando llegó a la entrada del puente abrió un cesto del que sacó un gato negro al que espoleó para que cruzara el puente a la carrera. Entonces la mujer se dirigió al diablo: "Puedes tomarlo, nosotros cumplimos el trato que acordamos, el primero que lo cruzara sería tuyo. ¡Ya has cobrado!"
Sea como fuere la leyenda el diablo se convierte en el burlador burlado y acaba convirtiéndose en víctima de su propia maldad. Todas estas leyendas tienen una marcada raiz medieval, pues fueron muy de la época la cración de toda esta serie de historias en las que el diablo ponía a prueba a los hombres. Desgraciadamente, el puente llevaba siglos ya construido y no es de origen medieval sino una construcción romana.
Efectivamente, el llamado Puente del Diablo, antiguamente conocido por el Pont de Sant Bartomeu, fue construido en época romana, de autor desconocido, hacia el siglo I, sobre la Via Augusta (camino hacia Barcelona, donde todavía hoy en día puede encontrase una calle con ese nombre que recuerda por donde se desarrollaba esa via romana), siendo el único puente de la zona baja del Llobregat hasta el fin del siglo XIV.
Desgraciadamente, y en la mayoría de los casos por culpa de la mano del hombre (aunque se sabe que el río en un par de momentos derribó parte de la construcción), el puente ha debido de ser reconstruido en diferentes ocasiones, una de las últimas después de la Guerra Civil española (1936-1939).
El puente todavía conserva inscripciones de las antiguas legiones romanas destinadas en aquellos momentos en Hispania, el acceso al puente se hacia cruzando un arco triunfal, situado hoy dentro de la población de Castellbisbal, construido al mismo tiempo que el puente.
