Fuente: Diario de Ibiza:
El diablo salió huyendo de Santa Eulària a través del Puig d'en Ribes. Al menos, así lo asegura la leyenda que ayer fue rememorada por el grupo de personas que participaron en la tradicional romería que une esta localidad con el monte donde ocurrieron los hechos, en una fecha que, como siempre en estos casos, se hunde en la noche de los tiempos.
Pep d'en Ribes, un leñador huraño y antisocial que cortaba troncos en el Puig d'en Ribes, vio cómo aparecía un hombre extraño y desaseado que le preguntó si necesitaba ayuda y luego se puso a cortar árboles a una velocidad endiablada. Pep d'en Ribes ya recelaba de ese individuo y su desconfianza aumentó cuando, a la hora de almorzar, vio cómo sacaba un cuenco lleno de lombrices, uñas, lagartijas, insectos y demás inmundicias que se llevaba a la boca. Cuando llegó el momento de volver al trabajo, Pep vio de refilón cómo bajo las ropas del extraño salía una cola larga y afilada. No había duda: era el mismísimo demonio.
Como el leñador llevaba consigo un rosario, lo usó para ahuyentar al Maligno, que ante la visión del sagrado símbolo emprendió una veloz huida hacia la cima del monte. Allí desapareció para siempre y la paz regresó a Santa Eulària. Para celebrar el feliz desenlace, se levantó una capilla –sa Creu d'en Ribes– en el lugar exacto donde, según la tradición, el diablo dejó su último huella en el camino de su huida.