Fuente: Matías Díez Alonso, Mitos y leyendas de la tierra leonesa:
Otra vez una vieja del ayuntamiento de Cármenes encontró un cabrito que se le había extraviado, y se hallaba detrás de una peña temblando de frío. Lo llevó a casa envuelto en el mandil.
Encendió el fuego, condimentó las sopas de ajo y le dio a probar al cabrito. Luego se acostó en la cama junto al llar.
El cabrito quedó rumiando junto al fuego y mirando fijamente cómo se desvestía la vieja. Al fin se santiguó y se metió en la cama.
El cabrito, al ver la señal de la cruz, dio un estornudo y se marchó por el garito de la puerta diciendo:
"Ja, ja, que comí sopas,
ja, ja, que las comí,
ja, ja, que te vi el culo,
ja, ja, que te lo vi".